jueves, 9 de diciembre de 2010

De SiRVieNTa a PRiNCeSa

La Cenicienta es uno de los Clásicos Disney más importantes, siendo la segunda Princesa Disney. Aunque como ésta es muy importante y apreciada por todas las niñas, la película estrenada en 1950 en sí está bastante olvidada, pero sigue siendo todo un clásico.
Una bella joven que tras la muerte de su padre se ve obligada a ser la sirvienta de su madrastra y hermanastras. Al contrario que en Blancanieves, donde las tareas eran algo agradable y lo hacía como diversión mientras cantaba alegremente, en Cenicienta podemos observar que es un gesto de sumisión, una obligación o castigo para ella. Todo cambió cuando sus hermanastras fueron invitadas a una fiesta que organizaba el hijo del rey. Cenicienta trabajó duramente para ayudar a éstas a prepararse. Les ayudó a preparar sus trajes, el peinado… La tristeza le invadió al ver que ellas iban a asistir a esa fiesta y ella se tenía que quedar encerrada en palacio, ella que siempre hubiese querido asistir a ese gran baile como todas las chicas de su edad. Pero como la mayoría de todas las princesas Disney tenía un Hada Madrina, que apareció en el momento adecuado, para convertir con un toque de varita y unas palabras mágicas una calabaza en carroza, cuatro ratoncitos en caballos, un caballo en un chico que conducirá la carroza hasta el baile, y hasta un perro convertido en lacayo. Para Cenicienta todo aquello era un sueño, pero un sueño que acabaría con las campanadas de media noche. Cenicienta estaba en la fiesta, y cuando oyó la primera campanada echó a correr y perdió uno de sus zapatos, el príncipe lo encontró, pero ella ya se había marchado. Al día siguiente empezó la búsqueda para encontrar quién sería la dueña de ese zapato, hasta que la encontró y vivieron felices.
Cuenta también esa historia, haciendo referencia de nuevo, lo mucho que tuvo que luchar contra dos hermanastras malvadas y feas y de cómo las venció gracias a que se hizo justicia. ¡Y qué historia se iba a contar en aquel lugar si la reina era ella! ¡Y dónde está la versión de las hermanastras!
Y también habría que destacar, no es el bonito final de esta princesa, sino el precio que tuvo que pagar para vivir y sobrevivir.
El propio Walt Disney declaró que se trataba de su favorita entre las numerosas películas que produjo, y que incluía la mejor secuencia que había rodado en su vida: cuando el Hada Madrina entrega el vestido para el baile a la Cenicienta. Por lo visto, Disney se sentía identificado con el personaje, porque había empezado desde cero, vendiendo periódicos en plena calle, y aún así había logrado fundar un imperio. Se trata de una de sus creaciones más universales. De esta adaptación proviene el famoso 'zapatito de cristal', que era de cuero en el cuento original.






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